Habilidades Lectoras 5Tercer Bimestre Estrategias guiadas para la comprensión crítica y expresión escrita
El médico a palos, de Molière
El médico a palos (o El médico a la fuerza, como también se le traduce)es una comedia de Molière escrita en prosa, en tres actos y se representó por primera vez el 6 de agosto de 1666 en el Teatro del Palacio Real. Los nombres de algunos personajes se han modificado para que al ver fragmentos de la obra en los enlaces a la red no te confundas:
Bartolo (Sganarelle) es un leñador haragán y simpático que en su juventud trabajó unos años a las órdenes de un médico. Un día en el que Martina, su esposa, le encuentra descansando del trabajo discuten gravemente y Bartolo le pega con un palo. Humillada, la mujer decide vengarse convenciendo a Ginés y a Lucas de que le devuelvan la paliza haciéndoles creer que él es en realidad un médico, pero que sólo a base de golpes reconocerá su verdadera profesión.
En el siguiente enlace podrás ver el primer acto de la obra El médico a palos:
Escena segunda
LEANDRO (sale por la puerta de la derecha recatándose) y BARTOLO
LEANDRO.
Señor doctor, yo vengo a implorar su auxilio de usted, y espero que...
BARTOLO. Veamos el pulso... (Tomando el pulso con gestos de displicencia) Pues no me gusta nada... ¿Y qué siente usted?
LEANDRO.
Pero si yo no vengo a que usted me cure; si yo no padezco ningún achaque.
BARTOLO.
(Con despego.) Pues ¿a qué diablos viene usted?
LEANDRO.
A decirle a usted en dos palabras que yo soy Leandro.
BARTOLO.
¿Y qué se me da a mí que usted se llame Leandro o Juan de las Viñas? (Apando la voz; LEANDRO le habla en tono bajo y misterioso.)
LEANDRO.
Diré a usted. Yo estoy enamorado de doña Paulita; ella me quiere, pero su padre no me permite que la vea... Estoy desesperado, y vengo a suplicarle a usted que me proporcione una ocasión, un pretexto para hablarla y...
BARTOLO.
Que es decir en castellano que yo haga de alcahuete. (Irritado y alzando más la voz.) ¡ Un médico! ¡Un hombre como yo!... Quítese usted de ahí.
¡Válgame Dios, qué hombre!... Probemos a ver si... (Saca un bolsillo, y al volverse BARTOLO se le pone en la mano; él lo toma lo guarda y bajan do la voz habla confidencialmente con LEANDRO.)
BARTOLO.
¡Desvergüenza como ella!
LEANDRO.
Tome usted... Y le pido perdón de mi atrevimiento.
BARTOLO. Vamos, que no ha sido nada.
LEANDRO. Confieso que erré y que anduve un poco... BARTOLO. ¿Qué errar? ¡Un sujeto como usted! ¡Qué disparate! Vaya; conque...
En el siguiente enlace podrás ver varios fragmentos de la obra El médico a la fuerza en una versión libre:
Grabado que ilustra la obra el Médico a la fuerza, de Molière.
Se continúa hablando de la citada obra, al igual que en el libro de texto se habla de la obra de Shakespeare.
Escena décima
DOÑA PAULA, LEANDRO (salen por la puerta del lado derecho, DON JERÓNIMO, BARTOLO
LEANDRO.
¡Señor don Jerónimo!
Doña PAULA.
¡Querido padre!
D. JERONIMO.
¿Qué es esto? ¡Picarones, infames!
LEANDRO. (Se arrodilla con doña PAULA a los pies de D. JERONIMO.)
Esto es enmendar un desacierto. Habíamos pensado irnos a Buitrago y desposarnos allí, con la seguridad que tengo de que mi tío no desaprueba este matrimonio; pero lo hemos reflexionado mejor. No quiero que se diga que yo me he llevado robada a su hija de usted, que esto no sería decoroso ni a su honor ni al mío. Quiero que usted me la conceda con libre voluntad, quiero recibirla de su mano. Aquí la tiene usted, dispuesta a hacer lo que usted la mande; pero le advierto que si no la casa conmigo, su sentimiento será bastante a quitarla la vida; y si usted nos otorga la merced que ambos le pedimos, no hay que hablar de dote.
D. JERÓNIMO.
Amigo, yo estoy muy atrasado y no puedo...
LEANDRO.
Ya he dicho que no se trate de intereses.
Doña PAULA.
Me quiere mucho Leandro para no pensar con la generosidad que debe. Su amor es a mí, no a su dinero de usted.
D. JERÓNIMO. (alterándose.)
¡Su dinero de usted!, ¡su dinero de usted! ¿Qué dinero tengo yo, parlera? No he dicho ya que estoy muy atrasado? No puedo dar nada, no hay que cansarse.
LEANDRO.
Pero bien, señor, si por eso mismo se le dice a usted que no le pediremos nada.
D. JERÓNIMO.
Ni un maravedí.
Doña PAULA.
Ni medio.
D. JERÓNIMO.
Y bien, si digo que sí, ¿quién os ha de mantener, badulaques?
LEANDRO.
Mi tío. ¿Pues no ha oído usted que aprueba este casamiento? ¿Qué más he de decirle?
D. JERÓNIMO.
¿Y se sabe si tiene hecha alguna disposición?
LEANDRO.
Sí, señor; yo soy su heredero.
D. JERÓNIMO.
¿Y qué tal, está fuertecillo?
LEANDRO.
¡Ay!, no, señor, muy achacoso. Aquel humor de las piernas le molesta mucho, y nos tememos que de un día a otro...
D. JERÓNIMO.
Vaya, vamos, ¿qué le hemos de hacer? Conque... (Hace que se levanta y los abraza. Uno y otro le besan la mano). Vaya, concedido, y venga un par de abrazos.
LEANDRO.
Siempre tendrá en mí un hijo obediente.
Doña PAULA.
Usted nos hace completamente felices.
BARTOLO.
Y a mí, ¿quién me hace feliz? ¿No hay un cristiano que me desate?
D. JERÓNIMO.
Soltadle.
LEANDRO.
Pues ¿quién le ha puesto a usted así, médico insigne? (Desatan los criados a BARTOLO.)
BARTOLO.
Sus pecados de usted, que los míos no merecen tanto.
Doña PAULA. Vamos, que todo se acabó, y nosotros sabremos agradecerle a usted el favor que nos ha hecho.
MARTINA.
¡Marido mío! (Se abrazan BARTOLO y MARTINA.) Sea enhorabuena, que ya no te ahorcan. Mira, trátame bien, que a mí me debes la borla de doctor que te dieron en el monte.
BARTOLO.
¿A ti? Pues me alegro de saberlo.
MARTINA.
Sí, por cierto, Yo dije que eras un prodigio en la medicina.
GINES.
Y yo, porque ella lo dijo, lo creí.
LUCAS.
Y yo lo creí porque lo dijo ella.
D. JERÓNIMO.
Y yo porque éstos lo dijeron lo creí también, y admiraba cuanto decía como si fuese un oráculo.
LEANDRO.
Así va el mundo. Muchos adquieren opinión de doctos, no por lo que efectivamente saben, sino por el concepto que forma de ellos la ignorancia de los demás.
En el siguiente enlace podrás ver varios fragmentos de la obra El médico a la fuerza:
Si así lo decides, en el siguiente enlace podrás ver completa la obra El médico a palos en un montaje reciente: