¿Sabías que el desarrollo del pensamiento matemático en tus alumnos es tan importante que incluso los puede ayudar a tener una mejor salud, personalidad y evitar conflictos con la ley?
De acuerdo con el Centro Nacional de Investigación para el Desarrollo de la Alfabetización del gobierno del Reino Unido (NRDC por sus siglas en inglés), el desarrollo del pensamiento matemático conforma, junto con el aprendizaje de lenguas y la adquisición de habilidades tecnológicas, las llamadas habilidades funcionales o functionals skills por su nombre en inglés. El NRDC ha demostrado que, derivado de la carencia de estas habilidades, existen mayores probabilidades de tener problemas de salud y mentales asociados a baja autoestima, así como diversos problemas de socialización, incluidos conflictos con la ley.
El aprendizaje de las matemáticas desde una postura funcional y por tanto orientada a la resolución de problemas, implica que los estudiantes desarrollen habilidades o capacidades como: sentido de autoeficacia, confianza, sentido emprendedor, mayor productividad, entre otras, que en conjunto les permiten una socialización más efectiva para encontrar mejores oportunidades profesionales, sociales y laborales.
Las matemáticas vistas desde este enfoque son fundamentales para formar a ciudadanos integrales y capaces de ser útiles para sí mismos y para los demás. El Centro Nacional para la Excelencia en la Enseñanza de las Matemáticas del Reino Unido (NCTEM, en inglés), señala que una práctica docente dirigida a desarrollar habilidades de matemáticas funcionales debe apoyar a los estudiantes en:
Reconocer las situaciones en las que las matemáticas pueden ser utilizadas, identificando para ello las características del problema.
Ayudar a que dichas situaciones adquieran sentido para los estudiantes (no verlas como una actividad mecánica).
Fomentar que la situación sea descrita en términos matemáticos; es decir, se planteen situaciones que se resuelvan mediante el conocimiento de las matemáticas, como puede ser la obtención de datos.
Promover el análisis de la situación donde entren en juego las matemáticas, obteniendo con ello el resultado.
Interpretar estos resultados a la luz de la situación, arribando para ello a una solución de la situación o problema.
Comunicar los resultados y soluciones como parte del proceso de socialización.