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Ámbito: Literatura
                   Expresiones para ordenar un texto

                   Cuando narramos la trama de una obra de teatro o película, una anécdota o cualquier otra
                   historia, necesitamos emplear palabras que nos permitan organizar el texto.
                   Las expresiones para ordenar un texto que se usan con más frecuencia en una narración
                   son aquellas que se refieren al orden temporal; por ejemplo, ahora, al principio, entonces, al final,
                   etcétera.

                   Los siguientes ejercicios te serán de utilidad para efectuar la actividad de la práctica sobre las
                   obras de teatro, que encontrarás en la página 169.
                   1.  Subraya las expresiones que sirvan para ordenar un texto temporalmente.


                               hoy    rápido    ayer    velocidad

                            siempre    entonces    caballo    al final

                               camino    bosque    apenas    río
                                  mientras    durante    sorpresa



                   2.  Escribe las palabras que faltan en el cuento. Usa las expresiones que subrayaste.

                        Recuerda usar mayúscula después del punto.



                             Caperucita salió de su casa para visitar a su abuelita enferma.

                     caminaba por el bosque, se encontró con el lobo. Habló con él unos minutos
                     y         siguió su camino hacia la casa de la abuela.         llegó a la

                     casa, se dio cuenta de que su abuela tenía un aspecto distinto.         le hizo
                     varias preguntas:

                     —¿Qué hiciste ayer en la tarde, abuela? —preguntó Caperucita.
                     —No me acuerdo —respondió la extraña abuela.

                     —Qué raro, siempre has tenido buena memoria, abuela —dijo Caperucita.
                     —¿Por qué tienes esos ojos tan grandes? —volvió a preguntar la niña.

                     —Para verte mejor—respondió la rara abuela.
                     —¿Por qué tienes esas orejas tan grandes, abuelita?

                     —Para oírte mejor, mi niña —replicó la abuela.
                     —¿Por qué tienes esa boca tan grande?

                     —¡Para comerte mejor!
                     Caperucita se dio cuenta de que se trataba del lobo disfrazado y pidió ayuda al

                     leñador y         salvó a su abuela. El lobo se fue a vivir a otro bosque
                     y nunca más se atrevió a asustar a nadie.





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